En estos tiempos digitales lo más probable es que tu negocio cuente con una página web. Diseñarla, sacarla adelante y dotarla de contenido seguro que no fue tarea fácil. Sin embargo, tus ventas no han aumentado o no sabes porqué tus visitantes no crecen. Sea como sea, necesitas una auditoría web en condiciones. Un análisis exhaustivo de todos los aspectos, que te diga en qué estás fallando y dónde puedes mejorar. Contar con una web no es crearla y dejarla a la deriva en el ciberespacio. Hace falta un trabajo constante de estudio, análisis y correcciones y es ahí donde entra en juego la auditoría web. Conozcamos como funciona.
¿Qué es exactamente una auditoría web?
El término auditoría es una palabra común utilizada en diversos ámbitos que viene a ser una inspección. ¿Quién no ha oído hablar de auditoría externa, financiera, ambiental o de recursos humanos? En el caso de la auditoría web, se trata de un procedimiento mediante el cual se analizan varios aspectos de un sitio web para saber en qué punto se encuentra, si necesita mejoras o a qué problemas de base nos enfrentamos.
Tener bien definidas la misión y la visión nos hará más fácil saber hacia dónde queremos ir y cómo conseguirlo. Podemos definir la misión como la razón de ser de la empresa. Lo que la marca hace por sus clientes en la actualidad y que ha de responder a 3 preguntas: ¿quiénes somos?, ¿qué hacemos? y ¿por qué estamos aquí? La visión empresarial, por su parte, es un concepto más amplio que nos habla de dónde queremos estar en el futuro. Ha de marcar el rumbo a los trabajadores y ser aliciente y motor para orientar las decisiones estratégicas.
Una auditoría realizada con detalle y rigurosidad nos dará un diagnóstico fiable de nuestro sitio web y una vez conozcamos la salud de nuestra página y cuáles son sus achaques, podremos tomar las medidas necesarias para fortalecerla y, en consecuencia, mejorarla. Solo de esta forma lograremos un mejor posicionamiento, mayor tráfico y más conversiones y, por lo tanto, un aumento de la rentabilidad. Al fin y al cabo, si en su día decidimos crear una página web fue para que diera sus frutos. La auditoría nos ayuda a recogerlos antes y con mejor calidad.
Entre los beneficios que puedes conseguir a través de una buena auditoría web están mejorar el posicionamiento en las entradas de Google y otros buscadores, conseguir más tráfico, aumentar el porcentaje de conversión de visitas a leads y a clientes reales, o ganar en prestigio y autoridad.
¿Qué elementos se analizan en una auditoría web?
Para que una auditoría tenga éxito se deben analizar cuantas más variantes mejor para tener una idea tanto global como con detalle del estado de nuestra web. Las auditorías profesionales más completas llegan a estudiar hasta 100 variables o puntos de optimización. El resultado es una visión fiable y objetiva con la que poder empezar a trabajar. Evidentemente, según cuál sea el tipo de web primarán unos elementos sobre otros ya que no es lo mismo analizar un e-commerce o una web corporativa.
En resumen, estos son algunos de los puntos que la auditoría web no puede dejar de vigilar:
El contenido de la web: parece evidente pero el contenido de tu página es fundamental a la hora de posiconarla en los buscadores. No se trata solo de cantidad, sino de calidad. Tener contenido duplicado, por ejemplo, es algo que se penaliza y que hará que bajes posiciones en Google y otros buscadores. De modo que la auditoría web se encargará de revisar los textos e imágenes de cada una de las páginas de tu site para detectar fallos, duplicados, etc. Dentro del contenido hay que tener en cuenta los siguientes elementos:
Semántica web: utilizar sinónimos y no repetir sin medida las keywords.
Título y descripción: han de estar optimizados para que sean interpretados como relevantes.
Jerarquía de los encabezados: el empleo de etiquetas HTML será también analizado por la auditoría.
Optimización de imágenes: completar el campo de texto de la imagen con una descripción correcta es fundamental.
La usabilidad y la navegación: se estudiará si la web es intuitiva y permite navegar o no con facilidad a los usuarios, es decir, si encuentran y entienden con rapidez lo que buscan. Para eso se analizan elementos relacionados con el diseño como son:
El nivel de legibilidad: relacionado con la tipografía, los colores que usamos para los textos, etc.
Los menús: cómo se accede a ellos, si se ocultan con rapidez…
Los enlaces rotos: incluir enlaces que no funcionan o no llevan al sitio que indicamos empeora la experiencia del usuario.
La navegación en distintos dispositivos: nuestra web tiene que estar optimizada para poder ser consultada a través de ordenadores, móviles, tablets… La auditoría investigará si nuestro site no se adapta en alguno de estos casos.
La seguridad: este es uno de los aspectos más valorados actualmente por los usuarios ya que cada vez hay más preocupación respecto a los datos personales, especialmente bancarios, o al robo de información por cualquier tipo de vulnerabilidad. Si nuestra web no es segura es muy probable que perdamos clientes. La auditoría tiene que comprobar que la web:
Posee certificado SSL: los Secure Sockets Layer se utilizan para establecer una conexión cifrada entre un navegador o el ordenador de un usuario y un servidor o un sitio web.
Cumple con la normativa de protección de datos: entre ellos el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea.
Aquí solo te hemos mostrado algunos aspectos analizables pero la realidad es que existen muchos puntos importantes más como la velocidad de carga, el linkbuilding o cantidad de enlaces que apuntan a tu página, el comportamiento de los usuarios, la legalidad del sitio, etc.
¿Cuándo es conveniente realizar una auditoría web?
Aunque siempre es buen momento para comprobar la salud real de tu página web existen ciertas circunstancias en las que debería ser indispensable, como antes de una renovación o cambio de página web o si realizamos un lavado de imagen a nuestra identidad corporativa. Asimismo, puede ser interesante antes de lanzar alguna campaña de marketing online de relevancia ya que auditar nuestro site en esos momentos hará que no gastemos dinero en balde y que los resultados sean mucho mejores.
Por último, no olvides que la auditoría web no se encarga solo de analizar y hacer un diagnóstico, sino que ofrece medidas de corrección de los errores detectados y busca también implementar los cambios necesarios para optimizar todos los elementos estudiados. Aunque es posible utilizar distintas herramientas y auditar así tu propia web, lo más recomendable es acudir a profesionales con experiencia que hagan una investigación lo más detallada posible para que tu web navegue a velocidad de crucero.